miércoles, 7 de septiembre de 2016

Prisionero








Prisionero de una boca que muerde la afonía,
que le duele decir palabras,
que prefiere escribir en el humo
sin consonantes, sin colores,
sin vocales infernales,
escribe alguna que otra coma y punto seguido,
escribe el símbolo del aislamiento,
la interrogación perfecta y la exclamación
de las nubes,
escribe la vida sin escribirla y al amor lo pone entre comillas,
(de las horas hace oraciones que trascienden en el aliento de las parroquias).

Prisionero de una boca que busca melodías
sin tener que enseñar los dientes
canta con las manos y los ojos,
baila al compás de la hojas rotas que caen,
baila con las palabras que yo le digo.

Prisionero de unos labios
que entre paréntesis dan un beso
y se marchan, con el punto final de la muerte.

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