viernes, 18 de julio de 2008

Si tuvieran alas


Para Abril Albarrán









Si las mujeres tuvieran alas
Podrían diagnosticar el tiempo
Sabrían de antemano cuando se aproxima la lluvia
Y dejarían caer sus plumas para que siempre fuera otoño

Algunas serian mas parecidas a los cuervos
Otras sin duda serian refrigeradores voladores
Y otras sólo escobas en el cielo

La mujer de la esquina sería una arpía de colección
La del sombrero blanco una pañoleta movida por el viento

Ah si las mujeres tuvieran alas
No tendríamos aeroplanos
Ni convenciones de helicópteros de guerra
(Ellas no harían conflicto alguno sólo nos verían con ojos de fuego profundo y nosotros con ojos de alta mar desierto)

Lámparas en vuelo
Golondrinas tristes
Amorosas en el aire
Siempre entregándose al próximo huracán

Si las mujeres tuvieran alas nosotros los terrenales
Escalaríamos rasca cielos para poder contemplar sus ojos
Y ellas nos verían desde las nubes
Tan lejanas
Tan celestiales

miércoles, 9 de julio de 2008

El ombligo de la musa




Siempre hay una guerra en su ombligo
miles de soldados que se disputan ese pedazo de luna
cráter inamovible insostenible ingobernable

ese montículo interno pide paz
y yo como buen tirano le pongo los grilletes

Guerrillera



No puedo dejar de escribirla
deletrearla como si fuera el universo
transcribirla poroporporo
colmarla de letras colocarlas por todo su cuerpo
vestirle de vocablos la entrepierna
dibujarla con puntos y comas

y de extrañarla como quien extraña la guerra después de la paz

Usted es la palabra preferida que guardo en la boca (clandestina)
subversiva mantis posada en una flor de concreto
sus ojos son la melancolía de la tarde
es el poema que aún no escribo
el poema que habla de sus labios contra mis labios,
es una lágrima que se revienta en el espacio
es el himno de los que morimos todas las noches
es la otra música (la música de los que luchan por el paraíso)

mi lucha es conquistar sus pies boreales

sus pupilas tienen el color de la tierra mojada
saben a fuego cruzado
huelen a la trémula soledad y a la muerte insurrecta

Yo pongo las estrellas en su ventana
el que implora con el alma desgarrada su regreso
soy el que quema las naves el que pone banderas en el cielo
el que la espera en la orilla del precipicio
el amante incondicional el cómplice inconsolable

soy el que la ama el que la desea
el que pintó una luna en la oscuridad para que ella la viera
soy su escriba el de la rosa sangre
el de la letra uva
el que se arroja al fuego
el que se quema

domingo, 6 de julio de 2008

En la ventana





Mis ojos son los del gato
detrás del vidrio
que ve pasar al ratón
sin poder estirar la garra
y comérselo tras un maúllo

Lo de allá afuera
es un remolino de rostros
Un galgo a velocidad luz
Un ave en busca de un panteón
Las larvas de la identidad
El soliloquio de la tarde

Todo se puede ver
detrás del vidrio
La flor amarilla que se pasea por la calle
La flecha roja que aún no le atina a un corazón
El señor gris de la bufanda gris
Del silencio gris del aroma gris
Que se detiene para ver volar
a la paloma gris hasta el desierto de la esperanza

Mis ojos son los del gato
que ve al pordiosero
estirar la mano
Para que los granizos del invierno
le estigmaticen la palma

Hay una mujer
petrificada en espera del viento veraniego
Un niño la acompaña
El sólo espera que su madre se mueva
para seguir indagando la lluvia
o la lágrima de un padre
ya muerto

Ahí están todos
Los liberales cargando la cruz
Los conservadores maquillados y de tacón
Los perros olfateando las colas
De otros perros
La viuda de la esquina
El maestro que habla solo
por los callejones
El chapopote de los mestizos afrancesados
Los nacionalistas que venden a sus abuelas
por un trago de tequila Mao Tse Tung
Los oportunistas de la religión
Los caudillos del marketing
el pasto las lombrices
Las hojas que se han de comerlas orugas
La tierra y la luz
La luz de un sol
que se marcha hacia el exilio

Mis ojos son los del gato
que prefiere morir de hambre
antes de salir y cazar al ratón















Poema para la mujer que no habla






Eres hermosa como el humo de los barcos que cruzan el pacifico
como la vértebra de la esquina rota
al igual que la canción nunca cantada
o la oración de los mudos
así de hermosa eres

Hermosa
abril que llueve y no deja de florecer charcos
caída y callada
Afonía que termina al llegar al infinito

Complejidad del perfume transparente

Liadísima cabellera
mar destierro

Hermosa y desnuda ante la pupila porosa del concreto
hermosa y constelada pincel de trazo firme
hermosa y fugaz trino de avión solitario

Hermosa
Con ojos que quieren decir algo
Y se quedan quietos
Como reloj en letargo
Como sinfónica en silencio

Hermosa y callada
Callada y caída
Como el mutismo de la nieve