domingo, 27 de agosto de 2017

Su mirada descansa junto la de un perro que ha cruzado el océano


(Fragmento)


La tarde huele a otoño que se rebela contra el mundo
Rosalía  camina por las horas y por las hojas de silencios pasados

Ella ve el cielo
sabe que la lluvia venidera no podrá limpiar  el lodo
que se forma por el rimel roto de las muchachas
que dejaron su ímpetu en una gillette
 y por los ancianos que fuman en los parques y vacían todas sus cenizas
en las plantas

La tarde huele a Rosalía
A mar nocturno evaporándose hacia las estrellas
A las palabras que dejan los colibríes tras su vuelo violento hacia el primer fuego del día
La tarde huele a las flores que se utilizan para limpiar los cuerpos de los que se esconden debajo de un puente para no morir de insolación

Rosalía está ahí
su mirada descansa junto la de un perro que ha cruzado el océano  
para encontrarse con la sombra de las parotas
ha viajado tanto que sus pies conocen el rencor y la historia de cada hombre
el dolor de las patas de los grillos que brincan de  hoja en hoja para no ahogarse
en los imperiosos charcos de la ciudad
él tira su cuerpo a los pies de ella
como cuando caen los sueños que nunca se cumplieron

hoy es otoño y también es Rosalía largamente dormida
navegando como agua de un ciclón
con ojos que observan la sed del destino …
  


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