domingo, 24 de octubre de 2010

el poema de las teresas




1
Tláhuac –taxqueña

Para Teresa Bernal




Voy con el viento atardecido
Cuando el alma camina podrida
Voy despacio y de rodillas al silencio
no me he dado cuenta que ha pasado una centuria y dos minutos
Camino entre los puestos de manzanas y sandias y no me siento como vagabundo
O infante perdido no entiendo lo que es el abismo ni siento el sol en los ojos
Sigo y me quedo inmóvil al mismo tiempo
Ya sé qué es lo que sienten los dioses-pordioseros
Me subo a un taxi y le digo
llévame con ella
ella que tiene el aliento a orquídeas muertas
ella que conoce la desgracia y el polvo de los cementerios
ella de pezones dulces y desiertos
y me pongo a pensar en el sudor que empapó mis sueños
la noche anterior
cuando dormí con demonios e imágenes sagradas
cuando sentí el golpe de la estaca al pecho
ese sudor que ahora fluye en las entrañas y en la afonía
llegan los evocaciones como cuervos a los ojos
pienso en el madrazo que me di de niño al bajar las escaleras
del infierno y lloré porque no encontré a mis amigos

pienso en el primer perro que tuve y murió porque yo no sabía que extrañaba
el olfato de su amo aunque esté huela a mierda y arrogancia
lo deje con mi madre por un mes mientras yo nadaba en el Caribe
cuando regresé movió la cola y esa noche cayó preso de la angustia acumulada
después de dos días sus pupilas florecieron en mis manos como espinas de nopal
pienso en la guerra que vivo a diario con los zancudos
pienso en mis amigos muertos y en los que no murieron
pienso en todo lo que no se puede pensar y existe
en lo que no veo
en lo que callo
en mi nariz cuando sangraba por tanta cocaína
en mi nariz cuando sangra por la presión alta
pienso en mi nariz
y el taxi sigue por las calles polvorientas del sur oriente
¿tal vez es lo más lejos que veo?
( la nariz)

estamos a punto de llegar dice el señor
sí estamos a punto de llegar le contesto
y mis pupilas tiemblan como lo hace una gota en la orilla del invierno
he pasado la curva cinco calles arriba y estaré con ella que es óxido del tiempo

en la esquina hay un loco haciendo su propio soliloquio
qué tan diferente es a mí?
Su lengua tiene el aspecto de mi rostro
Sus ojos son tan rojos como las uñas que me acarician
Sus dioses son los mismos que los míos
él apesta como apesta toda la gente que odio y amo
él coge con amor y sin amor
él llora porque quiere
Como todos los que cagamos en el mismo mundo
Qué tan diferente es a mí?
Somos muy parecidos que seguramente se llama Arturo
Y le duelen los pies y se encabrona cuando no sabe si es de noche o de día

Aquí bajo
Llego con el silencio del crepúsculo
El taxi se va

Subo las escaleras
No quisiera caer de aquí
No es lo mismo el infierno que un edificio de iztapalapa
Si caigo de aquí no me levantare de buen humor


Ahora espero
Ella abre la puerta y la veo
No puedo decir nada
No puedo soñar nada
Me gusta
La quiero
Soy silencioso
soy una Estatua
un Maniquí
un Golpe ligero de viento
La veo y ella que tiene todos los días tristes
Me deja entrar a casa
Y en ese momento en que mis pies cruzan el umbral
Me doy cuenta que el atardecer
Sabe a la soledad de los domingos
Y que los domingos saben a sus labios


Arturo Sodoma