En el centro de la plaza la rota cabeza del poeta
es una fuente.
Octavio Paz
1
Ojalá uno no muriera
del golpe de cabeza
que da el viento cuando nace
para abrir de en verdad los ojos
y ver los aromas que cantan en la luz
ojalá naciéramos con el alma abierta
para dejar entrar los sempiternos arrullos
de los caracoles apareándose en el pasto
a la piel
pero venimos aquí
a este círculo invadido de volcanes
con armaduras que hicieron los dioses
de hierro tan invisible
(casi agua)
del espesor del miedo
que no dejan penetrar
los trinos después de la lluvia
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