viernes, 28 de octubre de 2016

Lacus



Mi padre me enseñó a pescar
en el cráter de un volcán ahí los relojes no tenían tiempo

Pescábamos el sonido del hielo
El suspiro del vértigo
Y las semillas de octubre que daban frutos y flores en abril

Ahora remo
Solo
El cielo se desmaya y no sé cuál viento trae las voces de los muertos

Echo la red y saco las cabezas de los niños marineros
Y las patas de palo de los piratas cojos

En el segundo intento
Bicicletas oxidadas
Madres llorosas
Noches que perdieron la oscuridad por explosivos de jóvenes soldados
Palomas blancas crucificadas
Palomas negras en botellas de formol

¿Pescaré a uno de mis abuelos muertos
Un pez de los que Jesús multiplico
Tal vez un juguete de la infancia?
El lago es enorme y el frío se mide con soledad
La orilla no la diviso
Me quedo aquí
Sin tiempo que me hiera con sus navajas
Quiero llorar pero para qué contaminar agua dulce con agua salada






miércoles, 26 de octubre de 2016

Madre




Madre:
Lamento que bajo mis pies sólo crezcan
intestinos y lunas feroces
fuego para incendiar el alma de las ciudades
lágrimas de los niños que no nacerán

Quise ser un buen hijo
pero con las manos sólo pude construir pólvora y fuego
por eso el crepúsculo sangra

Madre
Por mi culpa las bestias  tragan a sus retoños
Llueve el olor del infortunio
Mi bicicleta no tiene pedales
No tengo a dónde ir

Madre
No me sigas
Mi rumbo no tiene fin y los que me siguen son cuervos
y esperanzas falsas
arlequines dispuestos a disparar
a todo aquel que no tenga vendado los ojos

Madre
La piel de los semáforos tiene cicatrices
Como las de mi rostro
Al sol le duele el alma como a ti
Mi padre tiene diabetes y su coca- cola fría
le sabe a jarabe para el cáncer
Los aviones regresan  sin bombas

Y las muñecas de porcelana
Hacen fila en el puente
Para dejarse caer
Como si fueran niñas suicidas
Que no entienden al mundo






viernes, 21 de octubre de 2016

Tacones





                                                                                      Creo en los poetas que cazan nazis
                                                                                                   Real de catorce


Por adelanto     sabes que no creo en nadie
La lluvia de octubre no me despierta
No me seduce
Prefiero diciembre y chimeneas
en la sala             donde platicaremos
(seguramente)
Sobre ecuaciones que abran un portal
Y nos lleve a Sangre-Paraíso

No lo creo           estaré solo en invierno
Con un fusil al hombro
Y cada disparo será para una bola de nieve
(deseo no lastimar a una hoja ni al viento)

Como lo he dicho
No creo en nadie
Ni en la paz ni en el oxígeno
Ni en el ocaso que se llama fuego

Aun y    con todo y trastornos    pienso
En tus días difíciles
En los pies y la indiferencia
Que los mediocres no calzan tu sombra
En el sudor de los pétalos
que cubren tu rareza

Y empiezo a creer en tus tacones
Y en Dios y en su hijo latigueado
En los suburbios y sus drogadictos de siempre
En las borracheras en los amigos
Y en ti que me escuchas con los ojos en ruinas









martes, 11 de octubre de 2016

Recuerdas cómo trinan las aves en el parque

Allí vienen los botas negras
marchando sin temor 
marcando el paso en una guerra
                que llevan en su interior   


  Radio Kaos


Te veo             eres una mujer dura con trapos frágiles
A mí se me cae el cabello
ya no soy el joven que subía a los árboles para espiar
en primavera a las madres de mis amigos
eres una mujer que sabe comer de la mano emblemática
tus muslos ya no son aquel canto preparatoriano
aquella guitarra en desvelo
aquellas primeras gotas de ron
yo  no soy ese muchacho
que consumía cocaína para mantenerse fuerte y sobrio ante la oscuridad
aquel melenudo con chamarra de cuero y pantalones rotos se perdió en un abismo
se perdió en el recuerdo
éramos la patria
recuerdas que marchamos juntos agarrados de las manos
y ni el salinismo nos separaba?
recuerdas que éramos la izquierda y la luz de una década que pasó sin saber su nombre?
esperamos juntos el año 2000
y juntos esperamos el ovni que nos llevaría a  la salvación
y no pasó nada
más que seguir escuchando a los Happy Mondays
y a Chavela con Sabina después de las tres de la mañana
Te  recuerdo con tus Doctor Martens morados y yo como mis botas negras marchando sin temor

 (Aún conmemoras nuestro himno)

 Yo era un niño y tú una verde cavidad en las piedras
Tú eras una niña y yo el río que rozaba con sus aguas gélidas el musgo de las rocas

Teníamos un gato
Y te pintaba corazones en la pared
Y tú pintabas batallas napoleónicas

Un día fumamos marihuana hasta que vimos duendes en los árboles
que adornan los alrededores de la Rectoría en Ciudad Universitaria
reíamos mucho y no sabíamos hacia dónde caminar
y caminamos por el lodo acumulado que había dejado la lluvia
y nos caímos
ahí éramos jóvenes
nuestros dientes no tenían esas manchas
que se forman con los inviernos continuos

Ahora mujer    eres dura como el concreto
vistes como cualquier oficinista
yo aún conservo ese hálito de niño
me considero poeta en tiempos de neoliberalismo mediático

Tú eres hermosa como los vestidos de Chanel gris
y yo soy un esclavo de las desgracias humanas
el cenit del silencio

En aquellos tiempos íbamos a Rockotitlán para bailar la danza de las patadas
hoy bailas con tu jefe en el Merengue y él trata de emborracharte y tú quieres ser ejecutiva
quieres más poder quieres un Jaguar como el de él
y yo quiero quitarte esas frágiles ropas
quiero otra vez la lluvia y el lodo en nuestros ojos
quiero esperar ese ovni que vendrá por nosotros
quiero cantar con tequila aquella canción del mes de abril

Recuerdas la primera vez que leímos a la izquierda del roble?
quiero de vuelta nuestra juventud con toda y Guerra Fría
Ahora somos treintagenarios             cansados         heridos
Vulnerables a cualquier cambio de temperatura
Marcados con la desolación que ha dejado el espíritu frío de la noche
Tenías los caireles libres del viento
Los colores rojos de los cielos frenéticos
Yo era un coloso cuando declamaba el poema XIV en medio de la oscuridad
que parecía provinciana en las calles de Coyoacán

Teníamos las manos suaves y perfumadas
Las rodillas servían para subir las escaleras
Hoy están deterioradas de hincarse para los cielos caídos

 Un día me besaste con los labios negros
Robert Smith tenía los cabellos esponjados
tú los tenías  como asteroides  que venían a impactar a la tierra
a mi tierra  (piel descalza y sin temores)
Por aquellos años vacacioné en tu bosque místico
Eras mi lecho  arbolario mi columna de la victoria
Tomábamos de la noche sus áureas luces  con tequila y sexo esporádico
 Tu sexo se apretaba en tu rojo Volkswagen 
Los dos estuvimos tantas veces cogiendo  en tu auto compacto
Que en él aún huele la explosión de las novas
El escarabajo después de la tormenta caminaba para nuestras casas grises

Ahora mujer dura con cabello artificial
No recuerdas los trinos
Ahora hombre casi calvo y con encías desnudas y tristes
 no recuerdo el plumaje del pasado
pero sí recordamos aquellas  caminatas nocturnas por el parque hundido
En aquellos días nuestros besos tenían la carne tierna de los labios
hoy nuestros besos saben a salida de emergencia de avión en llamas

Recuerdas lo que nos dijo aquel gorrión sin plumas  de ese parque olvidado:
la juventud no vuelve
la juventud no vuelve

Lo tengo bien presente ahora que nos vemos
Las arrugas en el alma





martes, 4 de octubre de 2016

Tu cuerpo




Uva solar: tu cuerpo refleja el eco, las manos tiemblan en el río y  la acuosa guadaña  desgaja el mineral en sales del tiempo. Sales del tiempo, te encuadras en la eternidad, entre el sudor y el espejo, escucho, lacustre sombra, escucha: debajo de la cama pasan los trenes dirección cenit, los aviones trasquilan a las gaviotas y tu cuello habla con los muertos del paraíso.

Lactoselva: mi voz es una estrella que aterriza en tu pestañeo glauco. Mi voz no sabe caminar por los segunderos ni colgarse de las horas para comunicar el suicidio, mi voz melada lame  aerolitos, los huecos que provocan los bólidos en tierra santa.


Feraz tu cuerpo punible: campo abierto donde las guerras transcurren y las semillas de los vientos dejan crecer a sus hijos, tu cuerpo sobre mi cuerpo (huracán de amapolas), déjame ser  el sueño dentro  de tu boca de agua y vino.