Los conejos
Y tus piernas cada vez más largas
saben que no puedo volver atrás
saben que no puedo volver atrás
Serú Girán
Pienso en tus pies y como dan vuelta en el centro del mundo,
parecen manecillas en silencio,
u hormigas vueltas locas apareándose con el tiempo.
Pienso en tus brincos
que terminan en astillas,
como si tus dedos fueran
caballos que regresan de guerras pasadas
y pisan a las ramas
con el peso del abandono.
Pienso en tus piernas, compuertas al verano en donde el
colibrí
entierra su lengua y la flor humedece al universo.
Sí, pienso en tus piernas que son largas,
como el grito de los tulipanes cuando los cortas del jardín,
pienso en ellas cuando voy al trabajo y se me hace tarde,
cuando ya no hay trenes en la estación y la gente se tira en
las vías.
Y corro como tú lo harías,
pero mis muslos no son agradables,
no son tiernos y pomposos,
así que sólo avanzo diez metros,
y es cuando el corazón se me sale,
y en ese instante en que la agitación me nubla la vista
pienso en tus nalgas:
que son dos conejos de invierno,
temblorosos,
apretados,
y que brincan y bailan jugando hasta al amanecer.
2 comentarios:
Horrible ya que yo estoy en silla de Rueda no tenés ni idea Sí se parecen hormigas apareándose o caballos que vuelven de la guerra o la flor húmeda después de una lamida por un colibrí tratado de hacer poemas con lo que vos realmente puedas ver y sentir no lo que pienses pensar no es bueno si te sale del alma si.
Gracias, saludos.
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