Tu vientre: es
el horno y el pan, las manos de la harina, el trigo revolcándose con el
tiempo, las mañanas de café y aves
migratorias, niños que danzan como papalotes para no llegar tarde a la lluvia.
De él nacen
flores de río, el olor de de la noche húmeda, las estrellas se acomodan, tu
vientre: plano astral, deja que mis besos descifren horóscopos.
Lo veo, soy una pluma de gorrión en el universo,
barco de papel en tierra fluvial, lo veo, todo es carne, cielo y viento. Luz de
campo donde el cazador es la presa y el venado come pétalos y soles. Espejo
donde la muerte no pretende verse ni escucharse, lo veo, aquí bebemos las hojas
de otoño y el fuego del crepúsculo bailarín.
Tu vientre:
jardín impronunciable, equinoccio caminante envuelto de canto. Tu vientre es el
mundo iluminado por la sonrisa de los niños que juegan en las plazas. Me
acuesto en él, sobre él, como ola que se despide del mar y abraza las huellas
de los viajeros perdidos. Tu vientre: vestigio de lo infinito, balada de entretiempo
tocada por hojas de abeto que mis oídos escuchan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario