17 de mayo 2009

Domingo
A Mario Benedetti

Alguien recita Táctica y Estrategia en la plaza de Coyoacán
también lo hacen en el hospital más mugriento y en las cocinas donde los aromas
construyen su exilio

Alguien lleva en sus zapatos dos mordiscos de tristeza y uno de cielo rosado
alguien está tejiendo una oda o un vals en alguna cueva o en el estadio de futbol
en dónde piernas bailan y las nubes revientan cuando el balón toca la red

Alguien como él sabe que el amor no es posible cuando es posible
Que la ONU escurre en miedo
Que los muertos son muertos y sólo eso estadísticas de los señores que hacen del negocio
funerario una proeza para vivir
que los nuevos dinosaurios surgieron después de la revolución
Y que la revolución todavía es una utopía

Alguien como tú (Mario) mece la mano izquierda en el alma
pero sólo tú sabes lo que es la guerra sucia y suicida y los años combatiendo un desierto
que era pobre desgraciado
Soledad tan sola
vejestorio de la desgracia

Todos Mario en el tercer mundo estamos solos
Es verdad eso
Solos con nuestras sombras cayéndose no de hambre
Se caen porque Dios no sabe qué hacer con tanta ignominia
Y de que los brazos del imperio sigan torturando a los cadáveres

Aquí en este pueblo la poesía no se salva
Se avienta al precipicio

Alguien estará en este segundo a la izquierda de un roble
Pensará en el provenir adelantándose dos pasos al futuro
se sabrá héroe abrazará a su mujer y le dirá que en aquella nube
hay esperanza para los dos y para los que duermen en la orilla del abismo

Mario alguien más que tú tiene una soledad tan concurrida
Tan llena de tristeza y de lágrimas oceánicas
alguien se sabe de memoria el camino hacia el exilio
alguien como tú se sabe de memoria el color del silencio
y el ruido permanente de las rocas en el río

Mario morir en domingo no es un lujo
Es un descalabro en el espíritu
En la sangre
En el ombligo
Es un descalabro a la poesía

Y alguien como yo
Lo está sufriendo
Con libros en la cama y una tarde que llueve
Y moja las ventanas
En donde se puede ver a aves y hojas
desesperadas por regresar al árbol
que tiembla de tristeza y frío