lunes, 15 de diciembre de 2008

Evocando a Neruda una noche en que las estrellas decían: hoy no te quiero escuchar







He vivido tanto que un día tendrán


que olvidarme por fuerza,


borrándome de la pizarra:


mi corazón fue interminable.
Pablo Neruda




Hoy pido silencio
Bajo la sombra de la noche
Bajo el cielo impetuoso
Pido silencio

Estoy harto de caminar por las aceras
Y encontrar a mi paso
Ruidos quebrados
Guillotinas oxidadas
Relojes en movimiento

¿qué se siente el llanto de un niño?

Estoy convencido de que aquellas piedras ya se cansaron de escuchar el mismo paso
del mismo zapato del mismo hombre

Las mañanas se oyen a rostros con ojos de navaja
Las mañanas se repiten una y otra vez
en las albas escurren lágrimas
lágrimas que suenan a fuego
y a lluvia que no moja que sólo enfría el alma

No quiero escuchar mi voz
Esa multitud harapienta que choca con los dientes
esa voz que suena a primavera violada
los ladrillos ya se cansaron de escuchar el mismo poema
de la misma boca
el mismo llanto del niño
hoy pido silencio

¿Qué se siente ser ruido cuando las estrellas callan?
Soy ese ladrido que se disipa en el tiempo

1 comentario:

Selene Ortega dijo...

Hay ocasiones en las que yo también necesito evocar al gran Neruda.