domingo, 17 de agosto de 2008

Ciudad

Foto de Fadia Jiménez

Eres tan deprimente como la aglomeración de los ruidos
Inoculada piel de bache
Tus brazos de jeringa saben trasmitir el miedo
Tu aliento (proyectil suicida) busca un ocaso donde morir

Eres la vida de un condenado a muerte
La sonrisa de un esquizofrénico
Tus dedos señalan hacia el infinito

Eres piedra-lluvia que golpea en el pecho
Callas caótica musa-calle
Marmórea concepción del tiempo

Piedad para los cementilíricos forjadores de tu reino
Piedad señora-cemento
No los dejes caer en el vicio de arrancarse las venas
No los abandones bajo la acidez del cielo gris
Perdónalos por caer como meteoros en fuga
Por suspirar bajo los puentes peatonales
Por volverse estatuas y caminar
con la tristeza con la que caminan las rocas

Ármalos de palabras altisonantes
Libéralos del certamen de belleza
Consúmelos con el fuego de los semáforos
Atóralos en las llantas de los microbuses
Pero no los dejes caer en el vicio de no escribir
De eyacular con precocidad un poema que nadie va a escuchar
Y sobre todo no los dejes de seducir
Con tu olor de carroña callejera

Azótalos musa-ciudad
Y no dejes que escriban
como los bucólicos que aman a las vacas

aléjalos del best seller
y mátalos de hambre a los cabrones
hasta que lloren como alcohólicos en el desierto

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho como quedo esa foto con tu poema. Ojala y sigas escribiendo o inspirandote en la ciudad de verdad me gusta esa faceta.