lunes, 7 de noviembre de 2016

Nuestros rostros




Hoy tienes el rostro de quien no sabe que ha matado a una estrella, y lo presientes porque tus ojos brillan de inocencia, de inocencia táctica, oceánica táctica que advierten la batalla.
Hoy tienes el rostro de un avión perdido, una aeronave de papel que vuela allá, lejos, no sabemos dónde encontrarlo, ¿ se encontrará hundido en selva y lodo? ¿O viajará por los aires juntos a cuervos pálidos en busca del espantapájaros?
Tienes el rostro de no haber tomado miel con leche ni agua de la tormenta que revivió a los navíos del desierto, hoy tu sed es de cristal quebrado, riachuelo sin sueño que no llega a mojar el nervio del tiempo, azul profundo.

Hoy, mi niña, los dos tenemos los rostros de un animal torturado, lento y poseído por el invierno, el rostro de los maniquíes abandonados y desnudos con la peluca gris mal puesta, el rostro de los corderos sacrificados por berrinches de los dioses,  ¿ pero qué hacemos? Más que llorar y llorar frente a nosotros mismos.

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