martes, 15 de enero de 2008

Angustia




De qué sirve rasurarse sobre las heridas,
acuchillarse con las colas de los zancudos,
vivir de instantes prófugos y rectos,
de qué sirve elegir al carnicero
o comer con postura de villano,
si esta puta angustia no deja de atropellarme,
no deja de lamer la suela de los zapatos,
de que sirve comprar tickets de primera fila,
de reventar condones en el sexo de las arañas,
de que putas sirve ahogarse en los escusados,
abalanzarse contra las paredes como si ellas tuvieran la culpa,
DE QUÉ SIRVE EL PIANO O LA CONSOLA DEL RECUERDO,
EL JUGO DE CORAZÓN O EL SIMBOLISMO DE LAS TARDES,
mañana me reventaré el alma con el molcajete,
mañana caminaré con la nariz para reconocer el olor del polvo,
mañana me volveré a preguntar, de qué sirven las afores y las lapidas
los calcetines y los jalones de cocaína,
de qué sirve si cuando la angustia te toca, la muy puta no te deja.

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