miércoles, 21 de abril de 2010

El poeta que se convirtió en narrador o el narrador que nadie reconoce como poeta




Se puede conquistar a una muchacha con un poema,
pero no se la puede retener con un poema.
Vaya, ni siquiera con un movimiento poético.


Roberto Bolaño

El pasado 23 de diciembre, buscaba en la red los libros que me iba a regalar para navidad, aunque ya había leído con anterioridad algunas novelas que me habían prestado de Roberto Bolaño, las quería comprar para tenerlas en mi librero. Busqué en qué librería encontraría el precio más cómodo y en esa ciber-búsqueda me encontré con un libro llamado Los perros románticos, de la editorial Acantilado de Barcelona, poemas del autor chileno.
Todos sabemos que Roberto Bolaño, transformó la narrativa latinoamericana, que se ha convertido en un escritor de culto y que sus novelas y libros de cuentos son un gran hit para la editorial Anagrama. ¿Pero qué hay del Bolaño poeta?
Si bien, el chileno fue uno de los creadores del Infrarrealismo, además de escribir uno de los tres manifiestos de dicha corriente literaria y, de ser un gran lector de poesía, no se le da crédito como poeta o no como un gran poeta, su gloria actual versa en sus novelas y en su prematura muerte que lo han colocado ya no como leyenda sino como uno de los escritores que en tan poco tiempo se convirtió en un clásico.
Modernidad, narración, coloquialismos, aventuras citadinas, personajes, ritmo e imágenes bien logradas es lo que encontramos en la lectura de Los perros románticos.
¿Quién dijo que Bolaño no era poeta o que era poetastro?
En Los perros románticos hace gala de su gran potencial narrativo, además, de tener intervenciones casi en cada poema sobre su vivencia en México, describe con perfección y con profundidad poética, rincones tan desconocidos, hasta para los propios mexicanos, como es el barrio de la Guerrero. Intercala a manera de cuento-novela vivencias con sus fantasmas y con sus amigos, por ejemplo, en muchos de los poemas se encuentra como parte de la poética bolañesca a su amigo infrarrealista Mario Santiago Papasquiaro:
Y a veces sueño que Mario Santiago
Viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,
Una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz…


Roberto Bolaño desde su poesía de juventud ya hacía referencia de los poetas perdidos de México, a los poetas salvajes, a los detectives helados:

Los detectives perdidos en la ciudad oscura.
Oí sus gemidos.
Oí sus pasos en el Teatro de la Juventud,
Una voz que avanza como una flecha.

Teatro que se encuentra en la delegación Álvaro Obregón de la Ciudad de México, ciudad, que casi en cada poema Bolaño hace referencia.
En estos poemas nos damos cuenta que ya el chileno estaba por desembocar en un río ardoroso que tiempo después llegaría a llamarse: Los detectives salvajes.
No quisiera indagar en cada poema del libro, en verdad, a mi parecer: Los perros románticos tienen la vitalidad de un joven aventurero y la pasión que tiene un perro callejero hacia la libertad, así mismo, como la desgracia de pertenecer a un mundo quebrado pero idealista, una generación aún revolucionaria y salvaje:
…miles de muchachos como yo, lampiños
o barbudos, pero latinoamericanos todos,
juntando sus mejillas con la muerte.
No obstante, quisiera enfocarme en un poema que me ha parecido distinto a todos los que vienen en el libro, pues la mayoría de los poemas describen situaciones de la existencia del autor en su paso por varios lugares, ya sea de México o del extranjero, de sus sueños veinteañeros y de las chicas que a su paso encontraba, así mismo, plasma con imágenes, bien logradas, toda una aventura: la vida.
Resurrección es un poema que define el arte poética de Bolaño, tal vez, en una brevedad difunta, el autor nos explica lo que es la travesía de la poesía, el origen de la misma:

Resurrección
La poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago.
La poesía, más valiente que nadie,
entra y cae
a plomo
en un lago infinito como Loch Ness
o turbio e infausto como el lago Balatón.
Contempladla desde el fondo:
un buzo
inocente
envuelto en las plumas
de la voluntad.
La poesía entra en el sueño
como un buzo muerto
en el ojo de Dios.
La poesía entra en el sueño /como un buzo en un lago. En estos dos versos encontramos el símil de la poesía que se infiltra en el sueño, en dónde el subconsciente es, como Bretón lo señalaba, inicio de la creación, la poesía es un buzo que no sabe que encontrará en el lago interno, en el alma y en el onirismo humano.
La poesía, más valiente que nadie, /entra y cae /a plomo. La poesía es capaz de sumergirse en lo más íntimo, traspasar toda corteza, para Bolaño la poesía toma una virtud humana que es la valentía, una prosopopeya que nos remite a pensar que la poesía es valerosa y fuerte, a su vez pesada y que se permite entrar a lo desconocido gracias a sus atributos:
en un lago infinito como Loch Ness /o turbio e infausto como el lago Balatón. El poeta hace mención del mítico lago escocés, que a pesar de sus aguas dulces cuenta con una baja visibilidad, un lago demasiado profundo por eso Bolaño le da la característica de infinito, la poesía es infinita o entra en lo infinito del ser, por otro lado encontramos que también puede entrar al fango de un lago que no es profundo, pero sí infausto. El lago Balatón ubicado en Hungría es un lago alargado y en donde se libró una de las defensivas nazis más feroces de la segunda guerra mundial, no dudo que Bolaño supiera de esta hazaña soviética, que al intentar recuperar territorio sobre terreno ocupado perdió más del triple de hombres que el ejército alemán, aún así, hicieron que los soldados de la SS emprendieran retirada. Tal vez por eso el chileno le da el adjetivo de infausto. La poesía entra en terrenos de la muerte.
Contempladla desde el fondo: /un buzo /inocente /envuelto en las plumas /de la voluntad. Ya en la intimidad del escritor, en el momento que ha tocado fondo, la poesía lleva la inocencia de un niño, he ahí que la creación se convierte en un juego que ya no es voluntad propia del poeta, sino voluntad de la poesía por su peso.
La poesía entra en el sueño /como un buzo muerto /en el ojo de Dios. La poesía ya no es un halo celestial, la poesía no desciende del Topus Uranos, ni es el mensaje de lo divino a lo terrenal. En estos tres versos Bolaño cierra su poema de forma circular, para él la poesía pertenece más al hombre, al sueño del hombre que invade el ojo de Dios. Aquí el poeta desmitifica lo sagrado del arte, basta que un buzo muerto entre en la pupila de lo hierático.
Bastaron 12 versos, para que el poeta descifrara su propia poesía, el arte poética de Bolaño no se encuentra llena de adornos ni de ejecuciones lingüísticas pomposas, aunque, por momentos tiende a caer en circunstancias herméticas, en las cuales, uno puedo indagar tratando de definir lo místico del poema. El poeta hace de su poesía un lago profundo, que puede ser claro o fangoso. A su vez, encontramos ritmo, imagen y fuerza en su poesía; algo que tal vez no se pueda explicar mas que de la siguiente forma: un golpe de agua fría en el alma.
¿Quién dijo que Bolaño no era poeta o era un poetastro?

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